¿Te llamamos?
Millones de hogares en nuestro país pueden calentarse y tener disponible Agua Caliente Sanitaria, ACS, gracias a las calderas.
Estos funcionales aparatos son claves cuando se habla de consumo energético, pues en el país, las familias invierten considerables cantidades de dinero para calentar sus viviendas, claro según la zona donde se habite.
En este sentido lo mejor es conocer muy bien los tipos de calderas que hay en el mercado para tomar buenas decisiones de compra. El objetivo es invertir en una caldera eficiente que ofrezca buen rendimiento sin derrochar energía.
Nosotros te ayudaremos a elegir la caldera hecha a tu medida, porque la experiencia que nos define servirá para que tú estés mejor en tu hogar, consúltanos aquí.
Las calderas se diferencian según la forma en que entra el aire necesario para la combustión y en cómo salen los gases al exterior.
Estos aspectos son los que diferencian las calderas de gasoil, de gas propano, o de gas natural. Te contamos los principales tipos de calderas existentes:
Son las más antiguas y simples. Su objetivo es coger el oxígeno para el mismo espacio donde está ubicada y lanzarlo al exterior.
Están muy influidas por la variedad de condiciones atmosféricas (lluvias, viento, etc.). Desde el año 2010 sólo se pueden mantener, pero no instalar.
Efectúan la combustión en una cámara con cierre hermético y evacúan a través de un ventilador. Son eficientes y seguras. Para este caso las condiciones atmosféricas no afectan a su funcionamiento.
Son similares a las estancas, con la diferencia de que gastan menos combustible y los humos que expulsan son menos contaminantes.
Son de gran rendimiento y eficiencia ya que recuperan el calor de la condensación de los gases de combustión. Por su parte el gas se quema a una temperatura menor, lo cual permite un mejor aprovechamiento energético del calor.
Expulsan humos de bajo NOx, por ello en el mercado es sencillo encontrar financiamiento y facilidades de compra cuando de sustituir una caldera antigua se trata e instalar una de condensación.
Calderas para calefacción y para generación de ACS
Las calderas no solamente abastecen un circuito de calefacción, sino que también están en la capacidad de generar ACS. Con estas características en el mercado las hay de dos clases:
El óptimo rendimiento que ofrecen estas calderas es gracias a la manera de aprovechar la energía que se obtiene de la condensación del vapor de agua.
Esta energía es aquella que contienen los humos como producto de la combustión, y que permite precalentar el agua de entrada al equipo.
Las calderas capaces de evacuar humos pueden llegar a alcanzar alrededor de los 150 grados centígrados para evitar condensaciones y facilitar el tiro.
El vapor de agua obtenido que se expulsa al exterior contiene un calor latente que se desperdicia.
Por el contrario, si dicho vapor cambia de estado gaseoso a líquido, acaba cediendo calor. Contrario a las calderas convencionales, este calor residual se aprovecha para precalentar el agua, y así aumentar el rendimiento de las calderas hasta un 100%.
Además de estas ventajas, las calderas de condensación son amigables con el medio ambiente, y la emisión de gases contaminantes a la atmósfera es baja, si se compara con los expulsados por una caldera convencional.
Son sinónimo de eficiencia energética ya que consumen menos combustible, al mismo tiempo que son silenciosas, confiables y seguras.
Clases de calderas según su eficiencia energética
Además de las de condensación, existen dos tipos de calderas:
Calderas estándar o convencionales: si bien aportan calefacción e incluso producen ACS y pueden llegar a tener una vida útil de hasta 20 años, tienen un inconveniente y es que operan a temperaturas más elevadas (temperaturas de retorno a 55 grados o más), por lo cual consumen más combustible.
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